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juanita ringeling y su camino sustentable

Juanita Ringeling y su camino sustentable

Conoce el camino que ha tomado la actriz Juanita Ringeling como activista del medio ambiente y promotora de hábitos beneficiosos para el planeta.

Por Antonia González. Fotos gentileza Juana Ringeling.


Recicla la basura, se mueve en bicicleta, compra las verduras directamente a los agricultores, siempre anda con su kit de utensilios para no pedir plásticos y hace tiempo dejó de comer carne porque la industria cárnica es muy contaminante. Juanita Ringeling, la actriz que vivió algunos años en Los Ángeles, EE.UU., tiene un fuerte compromiso con el planeta y es una colaboradora activa de fundaciones y organizaciones ambientalistas en Chile.  

“Además de actuar, una de mis pasiones tiene relación con estar en la naturaleza. Creo que contactarse en otro nivel, cuando no eres solo un observador, se ha transformado en una pasión y se ha traducido a que tome acción en la protección de ella o de ciertos recursos de ella…”, comienza contándonos Juanita.

Su interés y preocupación por el medioambiente se relaciona mucho con haber nacido fuera de la capital: Cachagua, una localidad de la comuna de Zapallar, fue el lugar que la vio crecer y que logró que su identidad estuviera ligada a espacios naturales y prístinos.

“Crecer allí me hizo no solamente conocer estos espacios naturales, sino que respetarlos y enamorarme de ellos, y entender la fragilidad que tienen, surge de manera natural y espontánea. Donde yo crecí, que tiene de los pocos bosques relictos mediterráneos que existe en el mundo, entre otras miles de bellezas naturales, está muy amenazado por toda la presión inmobiliaria, que es un poco lo que pasa en la mayoría de las costas centrales de nuestro país. Esa fue la primera gran amenaza que yo vi. Y ahí dije bueno aquí hay que hacer algo, porque la naturaleza no puede defenderse por sí sola, no tiene una voz”, relata.

Así, empezó a notar que la misma lucha que tenían en su zona, con respecto a los proyectos inmobiliarios, estaban ocurriendo en diferentes lugares de Chile y el mundo. De esta forma, familiarizó con algunas de las causas que más le llegaban y se fue involucrando en ellas.



“Cuando me empecé a ser más conocida en la televisión, me di cuenta de que tenía una responsabilidad mucho mayor. Ósea si en el fondo yo tenía la posibilidad y el espacio de ser una comunicadora, tenía que dar un mensaje más importante y ahí me puse más matea, me puse a investigar. Me conecté con distintas instituciones e iniciativas relacionadas a este tema”, señala. De apoco comenzó a trabajar con la Corporación Bosques de Zapallar y Fundación Punta de Lobos para hacer frente a esta problemática.

Carnaval y Fundación Altiplano

Así también, se fue involucrando con otros proyectos relacionados al medio ambiente, el turismo y la cultura. El año 2014 se aventuró en un gran desafío: ser la conductora del programa Carnaval, transmitido por 13c y enfocado en mostrar las diferentes fiestas costumbristas, religiosas y celebraciones culturales que se realizan en Latinoamérica. Este espacio, además de permitirle viajar por diferentes países, le ayudó a conocer y explorar otros espacios en la televisión.

“La primera fiesta era en Isla de Pascua, no teníamos mucha plata pero si las ganas, y yo siempre quise participar de un programa de ese tipo la verdad. Ahí nos dimos cuenta que mi papel no era ser solo presentadora, sino que era bastante más amplio”, cuenta.

El principal objetivo de Carnaval y la misión de Juanita era rescatar las tradiciones de cada pueblo, historia e identidad de los habitantes. Se recorrió desde Isla de Pascua hasta el norte de Chile, también Bolivia, Perú y Colombia.

“Éramos un equipo pequeño, donde al final entre nosotros hacíamos todo, la edición, la investigación, los guiones, el diseño de ruta etc., fue una pega muy gratificante. Nunca me había pasado, ni siquiera con teleseries. La gente se acercaba y me daba las gracias por el programa, me decían: ‘me permite viajar con usted y conocer otras costumbres y culturas’, y esa sensación era muy linda”, recuerda.

Siguiendo en el ámbito cultural, Juanita también se involucró en el Festival de Cine Arica Nativa, uno de los proyectos principales de la Fundación Altiplano, del que también es parte. Esta entidad acompaña a comunidades andinas y rurales en la necesidad de conservar su patrimonio natural y cultural, y así lograr una convivencia más sostenible.

“Yo conocí la fundación y el festival hace alrededor de ocho años atrás cuando fui a presentar una película y desde ahí me enamoré del proyecto, de la zona, de lo que hace la fundación, que es tremendamente avanzado, creo que es una de las fundaciones que más minuciosamente ha trabajado en conservación en Chile y de la manera más holística que yo he visto”, dice.



El trabajo de Fundación Altiplano permite atender necesidades profundas de pequeñas comunidades andinas y rurales, con iniciativas patrimoniales dedicadas a conservación, aprendizaje y comunicación.

“Partieron con la reconstrucción de las iglesias de Parinacota y eso en el fondo derivó a la reconstrucción de un entramado cultural que subyace a la existencia de estas iglesias y a la forma de vida de la zona, entonces están permitiendo que la cultura indígena y que la historia que está ahí persista”, añade. De esta forma, también aparece el festival de cine Arica Nativa, con la idea de reconstruir la identidad para la mantención de estos pueblos.

“Había que hacer un reencuentro con los jóvenes y con nuevos lenguajes y ahí apareció el festival. Es muy único, de cine nativo y rural, son películas que a Santiago nunca llegan, me enamore del lugar y les ofrecí mi ayuda”, cuenta la actriz. 

El propósito del Festival de Cine es encantar a las nuevas generaciones con el espíritu de la tierra, con los tesoros naturales y culturales, lejos de las ciudades: “El 2018 desarrollamos una nueva patita del festival que se llama Mamita Nativa. En este mismo contexto de los paisajes culturales, uno se encuentra con lo tremendamente frágil que es la cordillera y el altiplano, con todos sus pueblitos que tienen esta armonía absoluta entre el mundo nativo y el mundo hispánico, tienen una agricultura local que es riquísima, con semillas ancestrales que son invaluables”.

“Nosotros dijimos claro… tenemos conservación arquitectónica, tenemos rescate del lenguaje, pero a la parte agroalimenticia había que darle un nuevo empujón. En el fondo la idea era poner en valor todos esos cultivos con semillas ancestrales de tremenda fragilidad en vigas de extinción. Es un patrimonio de esa región, de Chile y de la humanidad, sobre todo en tiempos en que el monocultivo y las semillas transgénicas están tomándose el mundo y reduciendo la variedad de nuestros alimentos, y la cantidad de nutrientes de los mismos. Y estamos viendo que la globalización nos está llevando a una pandemia de obesidad. Entonces es volver a las recetas saludables y ancestrales y volver a conectarnos así con la tierra”, concluye.



“RiostoRiver” y otros

En 2017 Juanita hizo una colaboración para Riostoriver, una organización que inspira a la protección y conservación de ríos a través de intercambios culturales entre jóvenes. “La idea era juntar países que ya han sido intervenidos y que tienen proyectos industriales con los que aún siguen prístinos. Esta vez fueron 17 jóvenes patagones al río Klamath, EE.UU., que empieza en Oregón y termina en California. Es un río que las tribus han habitado desde tiempos inmemoriales basando su forma de vida en el salmón”, cuenta.

Los 17 jóvenes patagones, en su mayoría provenientes de Cochrane y Tortel, donde se encuentra el río Baker y el Pascua, pudieron ver con sus propios ojos las seis represas que integra el río Klamath y cómo estas influyen en las comunidades y familias de la zona. Estuvieron tres semanas y practicaron descenso en kayak y rafting.

“Les muestran lo que podría pasar en sus ríos. Yo estuve los tres últimos días con niños que, muchos de ellos no sabían inglés o nunca habían salido de su región y que viajaron al otro extremo del mundo para vivir esta experiencia y sumergirse en una máquina del tiempo que les hizo pensar ¿es esto lo que yo quiero para mi río, para el futuro? Y desde ahí ellos pudieran formar una opinión”.

cuenta Juanita.


“Hoy en día la presión social hizo que Hidroaysén devolviera los derechos de agua al Gobierno, que es inédito, un pequeño triunfo, pero eso no significa que esos ríos estén libres de algún otro proyecto o de una hidroeléctrica… entonces la lucha sigue. Ojalá lograr algo inédito y que esos derechos sean entregados a la misma comunidad o a organizaciones que intenten hacer una economía en relación al río, pero una economía sustentable, que tenga que ver con el deporte, turismo, agricultura, etc. Así que eso sería lo mejor que podría pasar”, sentencia.

Durante estos últimos años, Juana fue parte de una campaña a través de Instagram llamada #Desafíoceroplástico, en el que invitaba a la gente a reducir sus desechos y rechazar el plástico durante un tiempo determinado. Además, colaboró con la creación de una barrita de cereal. “Con los principios alimenticios que yo considero positivos. Muy nutricional sin ningún aditivo, sin ningún ingrediente secreto, crudivegana y con productos locales, sin calorías vacías, ¡es una invitación a comer saludable y rico! Estamos junto a wild food (con quien creamos la barrita) muy felices de la gran aceptación que ha tenido”, explica.

Además, en emisorpodcasting se encuentra narrando en primera persona sus experiencias como activista del medio ambiente y promotora de hábitos beneficiosos para el planeta.

Y continuando con la producción de contenido televisivo de corte cultura entretenida, está al aire con el programa trocamundos en Chilevisión. “Un cambalache entre un colombiano viviendo Chile y una chilena viviendo Colombia. Un programa para romper brechas, entender nuestras similitudes, respetar y aprender de nuestras diferencias, y celebrar esta raíz latina que nos une”, asegura.

Por lo pronto, pretende seguir construyendo su vida en Chile, apoyando proyectos medioambientales.

“Me encanta Chile… eso lo descubrí viviendo en Los Ángeles. Es un país con un potencial increíble, me impresiona como todos los ojos están puestos en Chile. Lo miran muy bien desde afuera, creo que estamos en el momento justo de decidir cómo queremos construir nuestro futuro”, concluye.


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