Hoy, más que nunca, la naturaleza nos llama. El encierro por la pandemia y el estrés de vivir en ciudades de ritmos acelerados nos empujan a buscar momentos para volver a los espacios naturales y estar en movimiento. Inner Mountain busca precisamente eso: acercar a las personas a la vida silvestre y entregar experiencias outdoor únicas.
Por María José Hepp.
Creado a partir de lo simple, Inner Mountain es una empresa que busca ir más allá del turismo. Se consideran a sí mismos diseñadores de experiencias que apuntan a “vivir el lugar”, de manera que podamos conectar con la montaña y que la naturaleza enriquezca nuestras vidas.
En su sitio web se pueden encontrar gran variedad de opciones para vivir momentos al aire libre como trekking, mountain bike, escalada y senderismo. Además, aunque su fuerte sean las experiencias en la montaña, también ofrece servicios de city tours en Santiago y Valparaíso y salidas a viñas.
Pero lo que hoy hace destacar a Inner Mountain sobre otros proyectos outdoor es que son la primera y única empresa en ofrecer experiencias de Big Mountain Bike, un concepto que consiste en llevar la bicicleta a la alta montaña, a lugares que pareciera imposible llegar en dos ruedas.

“Amor al arte”
Patricio Goycoolea, el hombre detrás de la idea, asegura que la empresa nace hace 5 años por amor a la montaña. Tras trabajar varios años de guía en Torres del Paine, se mudó a Santiago y empezó a armar lo que hoy es Inner Mountain.
“Los primeros pasos fueron sin un peso, fue puro amor al arte. Con amigos que eran fotógrafos a veces hacíamos un cambalache y ellos sacaban fotos para empezar a armar un poco nuestros programas”, cuenta Goycoolea.
En sus inicios tenía un socio, con el que empezaron Inner Mountain realizando salidas de trekking y escalada deportiva. Poco después se les ocurrió la idea de crear el Big Mountain Bike y empezar a dar a conocer sobre esta disciplina en el país.
A pesar de que se separó de su socio inicial y siguió sacando adelante este proyecto por su cuenta, Patricio habla en plural cuando se refiere a lo que han logrado. “La verdad es que nunca estoy solo, siempre trabajo con más gente: guías, choferes o cocineros. Somos un team súper chico pero a todos nos apasiona lo que hacemos y tratamos de hacerlo lo mejor posible”.

Guardián del Valle
Cuando aún no tenía ni una moneda en el bolsillo, Goycoolea se propuso hacer un documental. Era un proyecto que llevaba pensando bastante tiempo para darle un empujón al Big Mountain Bike y a la empresa. Quería que fuese audiovisual precisamente para generar un impacto y un retorno significativo.
Patricio tuvo un golpe de suerte y recibió la ayuda del padre de un amigo, quien estaba muy interesado en el proyecto y aceptó prestarle el dinero necesario para realizar el primer documental, el cual fue sobre la hazaña deportiva de subir y bajar el cerro El Plomo en bici.
Tras el estreno de este primer material audiovisual, diversas marcas -que en un principio los creían locos por querer subir la montaña en bicicleta- empezaron a contactarse e Inner Mountain pudo financiar nuevos proyectos. De a poco, empezaron a surgir y a posicionarse.
Hoy, con cuatro capítulos -titulados como “Guardián del Valle”, disponibles en su canal de YouTube- y varios premios de festivales de cine outdoor, Inner Mountain logró su objetivo de dar a conocer e impulsar el nicho del Big Mountain Bike, su nueva disciplina en la alta montaña.
La gran montaña
Dentro de los múltiples servicios de montaña que ofrece, Inner Mountain hace expediciones de varios días al cerro El Plomo y al volcán Ojos del Salado, las favoritas de Patricio. La primera dura 4 días y la segunda 10. Esta última considera un proceso meticulosamente diseñado de aclimatación, muy necesario considerando que es el volcán más alto del mundo.
“Para llegar a la cumbre de ese volcán, con o sin bicicleta, necesitas una preparación de aclimatación a la altura anterior a la expedición, entonces armamos todo en base a tener éxito, para que todos podamos llegar a la cumbre”.
explica Goycoolea.
Esta expedición consiste en irse moviendo de un punto a otro mayoritariamente en camioneta, para luego instalarse en el lugar y salir a recorrer en bicicleta e irse acostumbrando a la altura. De esta forma se evita el común “mal de altura”.
Según explica Patricio, también hay que acostumbrarse a los cambios de la bicicleta: “En altura se comporta distinto, porque generalmente las bicis funcionan con aceite y con aire en los amortiguadores. A veces se ponen más duros y hay que llevar bombines especiales. Lo mismo con las ruedas, que se ponen demasiado duras y hay que desinflarlas un poco, pero a medida que bajas va perdiendo esa presión y hay que inflarlas de nuevo”.
Así pues, las expediciones requieren preparación y diseño previo. El fundador de Inner Mountain asegura que con el tiempo se va generando la experiencia necesaria para enfrentar estos detalles técnicos, y hoy se sabe cada proceso a la perfección.
A pesar de que la logística sea similar en las expediciones, para Pato Goycoolea cada experiencia es diferente: “Todas la expediciones son distintas, porque la gente es distinta. Por mucho que yo la haga muchas veces, siempre voy con personas diferentes, entonces cada cliente tiene su propia energía, sus propios miedos, sus propias motivaciones, y eso te lo va transmitiendo y demostrando en el transcurso de la expedición”, explica.


Nuevos horizontes
Patricio, amante del deporte al aire libre, tiene nuevos proyectos en mente. Aunque Inner Mountain seguirá realizando expediciones al cerro El Plomo, al volcán Ojos del Salado y a Cajón del Maipo, la empresa decidió migrar al sur del país.
“Nos vamos a mover a la Patagonia”, cuenta contento Patricio. “Vamos a abrir una nueva cartera de expediciones en la región de Aysén, vamos a tener la base en Cerro Castillo. Todavía estamos viendo el tema de los senderos e intentando hacerle un poco de marketing a las expediciones que se están recién haciendo”, detalla.
El creador de Inner Mountain asegura que quedan cosas que hacer, como una exploración para una potencial expedición de 10 días que están planeando abrir por la “ruta de los pioneros”. Las fichas están puestas para poder empezar el próximo verano.
Goycoolea, emocionado por irse a Patagonia, deja muy abierta la invitación a todos los que quieran pasar a verlos, tanto en Santiago como en Aysén, y compartir su entusiasmo por el deporte y la montaña a través de las experiencias que ofrecen.
Siguen siendo una empresa pequeña, dice, pero él vive por y para lo que hace: “En las expediciones siento mucha felicidad porque me encanta lo que hago y trato de hacerlo lo mejor posible. En la montaña me siento más en casa que en mi casa”, finaliza.