Benjamín Camus comenzó a dedicarse a la fotografía a los 14 años, sacando fotos con una cámara análoga con lente fijo, “lo más entretenido era que cada semana compraba rollos de 35 mm a color y mandaba a revelar cerca de mi casa, era algo sorprendente ver en papel tus fotos, generalmente eran imágenes más subjetivas y experimentales”.
Capturando momentos con los amigos derivó al video, apasionándose también con este arte. Estudió Realización Audiovisual y después Fotografía Análoga blanco y negro con Luis Poirot. Paralelo a esto llevaba un par de años escalando, lo que lo motivó aún más. Ahí comenzó con la fotografía digital y empezó a registrar estos momentos; los viajes con los amigos y el montañismo. “Creo que mi inspiración va por ahí, poder reunirse con los amigos, plantear un proyecto y llevarlo a cabo, todo ese camino recorrido desde principio a fin, es lo que más me ha dejado hasta ahora. Esos lazos quedan marcados para toda la vida”.







