Basado en el magnetismo terrestre, la brújula ayuda a orientar nuestro rumbo desde cualquier lugar del planeta.
Por Camila González.
Con una rosa de los vientos y un imán en su interior, la brújula resulta ser un excelente modo de supervivencia y creador de aventuras. Desde sus inicios en China hace miles de años atrás, la brújula sirvió como instrumento de navegación para todos aquellos viajeros que buscaban nuevos rumbos por tierra, mar, desierto o montaña y que no tenían referencias claras. Antes de eso, los cuerpos celestes eran quienes guiaban a marinos y tripulantes camino a casa y su retorno, pero siempre con el problema de la precisión y la poca visibilidad que traían los días nublados.
La herramienta sigue siendo la misma desde su milenario origen, sólo que con más avanzados y finos elementos de construcción. Hoy en el mundo, existen más de cinco tipos de brújula y para cada una, un total de diez piezas aproximadas que pueden tener o complementar su uso. Sin embargo, sólo cinco indispensables: un eje, aguja imantada, flecha de orientación, flecha de dirección y una circunferencia que indica los grados que lleva el nombre de “limbo”.
¿Cuál es la función de cada una?
El eje sostiene a la aguja imantada. La aguja por su parte, apuntar siempre al norte magnético. La flecha de orientación, que está en el centro de la circunferencia es la encargada de mostrar la zona del mapa en la que la brújula está puesta; por el contrario, la flecha de dirección es la que nos ayuda a apuntar hacia el destino que queremos llegar y por último, el limbo que sirve para medir el ángulo de “declinación” o diferencia en grados entre lo que se llama norte geográfico y magnético.

La tierra es un imán
Para entender cómo funciona la atracción entre una brújula cualquiera y el enorme imán llamado tierra, debemos saber que los minerales que contiene el planeta producen una gran cantidad de energía. El geógrafo, académico y también investigador de la Universidad Católica, Pablo Osses explica que “nuestro planeta está compuesto de minerales como hierro líquido en su núcleo y que al girar produce una gran cantidad de energía polarizándola, de esa definición nacen los polos magnéticos. Muy distinto son los polos geográficos, que es el punto donde coinciden los meridianos”, afirma Pablo.
Desde ahí, explicar cómo usar una brújula —independiente del tipo— es mucho más sencillo. La más conocida y útil según varios expertos, es la llamada “cartográfica”, que debido a su transparencia permite ponerla encima de mapas. “Un mapa topográfico es aquel que te muestra los relieves. Sabiendo eso, debemos interpretar las líneas que entre más juntas estén, más pronunciado es el relieve y entre más separadas, el territorio será más llano. Los colores también indican cosas; por ejemplo las rayas azules son ríos y las que son blanca con rojo caminos. Además de eso, es conveniente saber que el grado 0° corresponde al Norte, 90° al Este, 0° al Sur y 90° al Oeste”, afirma el geógrafo.
Después de saber esto, los pasos para usar una brújula son los siguientes:
- Orientarse en el espacio. Saber hacia dónde vas y buscar el norte geográfico. En el caso de que estés usando un mapa debes orientar también el mapa hacia el norte geográfico o norte real (polo norte).
- Para evitar que no se tranque, se debe sostener la brújula horizontalmente sobre un mapa o la palma de la mano. Luego de eso, poner la brújula sobre el mapa o palma siempre con la flecha de dirección hacia nuestro destino.
- Después de ese procedimiento, se debe girar el limbo hasta que veamos que el norte de la brújula (flecha de orientación) coincide con el norte del mapa,eso generará nuestro rumbo. Por último y después de sacar la brújula del mapa, tengo que hacer que la aguja imantada y la flecha de orientación coincidan para poder partir. En el caso de no usar mapa el procedimiento es similar: Girar el limbo hasta que las líneas norte-sur que están dentro de la brújula se alineen con la flecha magnética, apuntando ambas al norte para luego ver qué grados muestra el limbo. ¿Qué pasa con esto? Los grados que indique tanto la flecha de dirección como la aguja imantada será la declinación o grados de diferencia entre mi destino con el norte real.
-Dirigirse a la dirección que indica la brújula.
Algunas recomendaciones
Lo fundamental antes de usar la brújula y salir de expedición es:
-En cuanto al uso de la brújula es bueno calibrarla regularmente. Cuando uno expone de manera constante el instrumento a elementos metálicos ésta se altera, y por ello existe la posibilidad de que no funcione correctamente. Para calibrarla, debemos ponerla horizontalmente junto a otra y girar el limbo varías veces en 360º de forma lenta.
-No usar la brújula al lado de un celular, un motor de auto, un computador o cualquier otro elemento que posea un campo magnético y que pueda alterarla.
– Antes de salir de excursión, avisar a un familiar y/o amigo a dónde voy.
– Usar un mapa topográfico para guiarnos y distinguir qué hay en el camino. Además de eso, es recomendable usar un reloj para calcular los tiempos y si es posible un GPS.