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Cómo el cambio climático está haciendo que los Alpes sean más peligrosos

A medida que las montañas se derriten en la cordillera europea, las rocas se desprenden del hielo, aumentando el riesgo de lesiones o de muerte incluso para los montañistas más experimentados.

Por Agostino Petroni.

En julio, Lorenzo Pernigotti (de 30 años), un alpinista experimentado que ha alcanzado más de 100 cumbres en los Alpes, escaló Aiguilles du Diable (“Cuernos del Diablo” en español), un conjunto de torres de roca ubicado en uno de los once puntos altos y más importantes del macizo del Mont Blanc.

La escalada se hizo más difícil a medida que él y su compañero, Davide Iacchini, se fueron acercando a la cima. Estando a 4.000 metros, llegaron hasta el tramo final. La idea era salir por un pasillo estrecho, subir y llegar hasta la cumbre. 

Entonces, Pernigotti tomó la delantera para avanzar por la pared del pasillo, buscando perillas y grietas donde colocar sus manos y pies mientras se mantenía atado a su compañero por una cuerda corta. 

Por encima de él, vio una gran roca que sobresalía de la pared, era como una manija que podía usar para levantarse. Tiró de ella con una mano, luego con las dos, probando si aguantaba su peso. Después de un par de tirones bruscos, se colgó. Pero mientras colgaba, la roca cedió y se deslizó unos centímetros hacia abajo. Entonces Pernigotti le gritó a Iacchini que acortara la cuerda que los conectaba. La roca comenzó a estrellarse contra el pasillo, Pernigotti se soltó y cayó 9 metros antes de que la cuerda se tensara, mientras otras rocas, nieve y hielo fueron cayendo hacia el abismo, a su alrededor.

Tuvo suerte. Pernigotti solo sufrió una rotura del tendón de Aquiles y, con la ayuda de su compañero, logró llegar hasta la cima donde un helicóptero acudió a su rescate. Pero la experiencia lo desconcertó. 

Hoy, hasta los escaladores más experimentados se enfrentan a condiciones cada vez más peligrosas en los Alpes. Los expertos dicen que el problema es el cambio climático. A medida que las temperaturas suben y las cumbres se derriten, las rocas que anteriormente se mantenían firmes en su lugar por el hielo, se sueltan.


La cordillera del Mont Blanc es cada vez más peligrosa de escalar a medida que el permafrost se derrite y las áreas rocosas comienzan a desmoronarse (Foto: Federico Ravassard).

Durante el siglo XX, las temperaturas en los Alpes aumentaron el doble de lo observado en el hemisferio norte. E incluso, si los humanos redujeran moderadamente la contaminación, los Alpes seguirían calentándose para fines de este siglo, según una revisión de la investigación climática. 

Jacques Mourey, geógrafo de la Université Savoie Mont-Blanc, ha estudiado cómo el aumento de las temperaturas ha alterado las condiciones de escalada en la cordillera del Mont Blanc durante los últimos 40 años. 

Él y sus colegas identificaron 25 cambios que afectan al montañismo. Entre ellos, el  clima más cálido está derritiendo la nieve y provocando avalanchas; el derretimiento del hielo está dejando grietas más anchas; y el aumento de las temperaturas está produciendo menos nevadas. Y en un informe reciente, se centró en una de las consecuencias más peligrosas: la caída de rocas. “Es una condición muy delicada”, dice Mourey. “Crees que la roca está segura y luego se mueve”.

La cordillera del Mont Blanc está cubierta en parte por permafrost, áreas donde el paisaje se congela constantemente. Este hielo, que se queda dentro de las fisuras de las rocas, actúa como cemento, manteniendo unidas partes de la montaña. Pero hace unos 20 años, el  nivel de congelación, es decir, la altitud a la que se congela el permafrost, comenzó a subir. En la década de 1990, el nivel de congelación en verano era de 3.300 metros, pero en 2003, estaba más cerca de 4.000 metros, según Fondazione Courmayeur Mont Blanc, una organización que apoya la investigación en los Alpes. 

Este verano, el permafrost comenzó a descongelarse. Los científicos dicen que  continuará derritiéndose a medida que el clima se caliente, provocando que se suelten más rocas, como la que casi mató a Pernigotti. 

En los últimos años se han producido enormes desprendimientos de rocas en Los Alpes. De 1990 a 2017, 102 escaladores murieron y 230 resultaron heridos en el Grand Couloir, la popular ruta que va hacia el pico de 4.808 metros del Mont Blanc, la cumbre más alta de la cordillera y la montaña más alta de Europa Occidental. Y los desprendimientos de rocas representaron el 30 por ciento de los accidentes.

Mourey dice que el número de lesiones anuales en el Grand Couloir se ha mantenido prácticamente estable durante las últimas dos décadas. Sin embargo, menos personas están quedándose en la montaña (la cifra ha disminuido de 62.000 personas entre 1999 y 2001, a menos de 51.000 personas entre 2014 y 2016). En otras palabras, grupos más pequeños de escaladores están acumulando el mismo número de lesiones, lo que significa que la probabilidad de lastimarse ha aumentado con el tiempo. 

Mourey cree que al menos dos accidentes mortales en 2018 pueden atribuirse directamente al cambio climático. En un caso, un escalador agarró una piedra enorme que se deslizó inesperadamente. Fue precisamente lo que le sucedió a Pernigotti, excepto que el otro escalador fue aplastado y asesinado por una roca que caía.

Los guías alpinos pasan la mayor parte del año en las montañas, donde ven el creciente peligro en primera persona. Roberto Rossi, de 44 años, empezó a escalar en los Alpes con sus padres cuando tenía cinco años y se convirtió en guía en 2002, cuando tenía 26. Hoy, compara los fríos veranos de su infancia con el inusual calor que hace en 2020. “El sol se siente cada vez más cerca”, dice.


Partes de la cordillera del Mont Blanc desnudas de nieve en julio (Foto: Federico Ravassard).

“El día puede ser fantástico, estás a 4.000 metros con pantalones cortos. Pero, ¿cuántos riesgos has corrido para llegar allí?”, continúa Rossi. Últimamente, ha evitado llevar a sus clientes por las rutas de antaño debido a los peligrosos cambios climáticos. 

Para intentar predecir el peligro de caída de rocas, existen las calificaciones de evaluación de riesgo de avalancha en diversos entornos montañosos. Y en muchos lugares, como Courmayeur por ejemplo (ubicado en el lado italiano del Mont Blanc), se está capacitando a los guías alpinos para que tengan en cuenta el cambio climático al planificar viajes para sus clientes. 

Jean Pierre Fasson, secretario general de Montagna Sicura, una fundación dedicada a hacer más seguro el montañismo en los Alpes, añadió especialmente un módulo sobre cambio climático en el curso de guía alpino que imparte en esta organización.


Ruta de los Trois Monts hasta el Mont Blanc. Rutas de escalada como esta, están cambiando a medida que los glaciares se derriten, las grietas se ensanchan y las torres de hielo colapsan (Foto: Federico Ravassard).

“Los desastres son parte de la naturaleza y está mal intentar detenerlos”, dice Fasson, quien cree que el montañismo sobrevivirá en el Mont Blanc, pero que los escaladores necesitarán ayuda para sortear los crecientes riesgos. 

Entre 1999 y 2017, el 84% de las víctimas de accidentes eran aficionados que intentaron escalar el Mont Blanc sin guía. Fasson piensa que depende de los guías alpinos comprender los cambios rápidos y evitar rutas que podrían representar un mayor peligro.

Pernigotti dice que solo aquellos que escalan regularmente en los Alpes pueden apreciar cómo el clima más cálido ha hecho que las montañas sean más peligrosas. “No todo el mundo ve lo que está pasando. Solo las personas que viven a diario en estricto contacto con esta naturaleza, pueden comprender el impacto del cambio climático. Si vives en la ciudad, no ves las estrellas. No sientes el viento. No puedes entender lo que está pasando”, concluye.

Esta historia se publicó en asociación con  Nexus Media.


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