A pesar de los enormes avances en materia de protección ambiental, los retos siguen siendo desafiantes para Chile, un país cuya economía se basa en la extracción de recursos naturales y que es particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático. Conoce cómo Geute Conservación Sur intenta ser un aporte en problemas de conservación.
Por Antonia González. Foto: Gentileza Geute.
El amor por la tierra fue lo que motivó a un grupo de personas de distintas áreas –entre ellos abogados, ingenieros, comunicadores y profesionales del mundo de la ciencia-, a defender su valor social-ambiental y, además, a buscar soluciones innovadoras para poder conservar estos lugares de alto valor, con el fin de restaurar aquellos ecosistemas que ya han sido dañados.
Fue así, como nació Geute Conservación Sur (con base en Puerto Varas), una fundación que trabaja con una mirada desde el territorio y que se involucra con proyectos que contribuyan a la conservación y restauración del medio ambiente y su biodiversidad.
“No tenemos integrado el medioambiente en nuestra cultura. Estos tiempos han sido muy conflictuados, nos queremos aferrar a los paradigmas que existen y que nos han funcionado hasta ahora. ¿Por qué te digo esto? porque en los últimos años hemos tenido petróleo, industrialización, disponibilidad de alimentos, como nunca en la historia de la humanidad. Hemos llegado a un confort como especie que nunca habíamos tenido antes. Entonces, es muy difícil darnos cuenta, por contrapartida, que ese confort está en peligro y que tenemos que buscar formas de solución para mantener calidad de vida”, explica Macarena Soler, abogada y Fundadora de la ONG Geute (que significa Tierra en Tehuelche).
Macarena Soler -quien además tuvo un rol protagónico en el debate de Patagonia sin Represas, participó en la fundación de varios Parques Nacionales y trabajó en la dirección del área legal de Tompkins Conservation-, dice que la filantropía ambiental es su bandera más importante.
“Sin duda Chile necesita avanzar en propuestas de colaboración público-privada y con un rol protagónico desde la sociedad civil. El deterioro ambiental es de tal magnitud que tiene que haber puertas abiertas para que todos participemos con libertad”, dice Macarena.
En base a esto es que sus líneas de acción se dividen en diferentes aristas. Una de ellas es la Filantropía Ambiental, la cual para ellos es la base para multiplicar actividades de protección y conservación. Esta área no se refiere solo a la donación de recursos económicos, sino que es extensible a otras áreas como la realización de un voluntariado, juntar un grupo de vecinos para limpiar una playa, aportar en conocimientos haciendo asesorías gratuitas a una causa, entre muchas otras acciones realizadas por mera voluntad.
Otra de sus líneas es la Conservación de Océanos y Borde Costero, “que es un tema que nos interesa muchísimo”, dice la abogada. Y agrega, “nos importa el mirar la extracción pesquera no por especie sino que por ecosistema de manera integrada. Hemos trabajado también el tema de la salmonicultura que ha ocasionado enormes daños en la zona sur de Chile y tenemos que hacernos cargo de proteger nuestros fiordos porque es un recurso valioso”.
Respecto de la línea de acción de la Conservación de ríos y Aguas Continentales, que las considera como un soporte fundamental para muchos ecosistemas, Macarena dice que cuentan con un proyecto de Ley de Ríos Salvajes, que tiene por objetivo crear una nueva figura de protección de ríos para conservar sus valores ecológicos, recreativos y espirituales.
Por otro lado, en Áreas Protegidas Públicas y Privadas, “hemos trabajado en torno a la ley de biodiversidad y hemos apoyado a varios proyectos que están generando áreas protegidas, como por ejemplo Tompkins Conservation por una parte, pero también a lugares como Punta de Lobos, o aquí mismo en Cochamó”, dice Macarena.
Finalmente en el tema de Biodiversidad y junto a otras ONG se encuentran desarrollando propuestas de mejora a la ley que crea el “Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas” y a la modificación del “Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental”, principales instrumentos jurídicos que se hacen cargo de la biodiversidad.
“Hemos sido opositores a las creaciones de bancos de compensación ecológica, porque no creemos que la naturaleza sea una mercancía (commodity), eso no significa que pensemos que tenemos que avanzar en generar mecanismos de restauración e incentivos ojalá económicos en la restauración ecológica”, indica Macarena.
Sin duda el escenario es bastante ambicioso, pero como bien dice Macarena, “es una organización pequeña y creo que hemos contribuido, en los 5 años que llevamos, a avanzar en estas líneas de acción”. Conoce más sobre la Fundación aquí.

“Queremos ser una organización referente e innovadora en la entrega de soluciones a los problemas de conservación de nuestro país. Nuestro sueño es lograr que Chile tenga una vocación de conservación y considere el medio ambiente y la protección de la biodiversidad como temas prioritarios”.
geute.cl.