Aunque ambos incluyen en su lista una gran cantidad de beneficios y objetivos similares, lo cierto es que lo hacen con una rapidez y sabor muy distinto.
Por Camila González.
Detrás de cada taza de café o té siempre hay una decisión importante. Pasamos corriendo la mayoría del tiempo, pensando, discutiendo y armando; y muchas veces sin las energías ni ganas para hacerlo. Por eso la mayoría de la gente prepara a temprana hora de la mañana una infusión para empezar el día. En nuestro país, el listado incluye al té como primera opción, pero con los años, alcanzamos otra ritualidad que rápidamente ha ganado espacios, el café. Desayuno, el centro, entre comidas, o simplemente para hablar son las respuestas más usuales de quienes lo beben, pero lo cierto es que hoy tanto el té como el café son al mismo tiempo un pretexto y una necesidad de nuestros apresurados días. Ambos tienen un sinfín de beneficios, pero ¿cuál es conveniente elegir a temprana hora de la mañana?
Se tiene registros de que el té se descubrió en China hace 5.000 años atrás. Su extendida historia y cantidad de países que hoy lo cultivan, hace que existan actualmente más de seis variedades de té y cientos de combinaciones. Pero más allá de eso, la función que cumple el té -unos más que otros- es de estimulador cognitivo y reductor de estrés. Su componente principal, la “teína” actúa en el Sistema nervioso central pasadas varias horas de ser ingerido y sus efectos más palpables son aumentar la concentración, disminuir los síntomas de cansancio y mantener un estado de alerta. La cafeína por su lado, pese a ser la misma molécula que la teína, se demora menos tiempo en hacer su trabajo —15 minutos aproximadamente— y con mucha más fuerza, por eso es que nos sentimos rápidos y eficaces cuando lo tomamos.
La cantidad de cafeína que tomamos en cada taza café, es mucho mayor que en una taza de té explica la nutricionista independiente, Daniela Rodríguez.“ Hay que saber que el té tiene muy poca cafeína, por eso el impacto a veces no se percibe. Por otro lado, el café de grano tiene más de esta sustancia que uno instantáneo. Para sentir sus efectos, no hay que mezclarlo con leche pues inhibe la cafeína y puede reducir su efecto antioxidante y estimulante”, afirma Daniela.
Más allá de la rapidez que puede producir cada bebida en nuestro cuerpo, ambas poseen una sustancia que se llama polifenol y que se caracteriza por tener propiedades antioxidantes. En definitiva, lo que hacen los polifenoles es retardar la oxidación de otras moléculas disminuyendo el envejecimiento celular prematuro y reducir el factor de riesgo en algunos tipos de cáncer, parkinson o alzheimer. Eso sí, la cantidad de polifenoles varía según la variedad de café, el grano de tostado, el método de elaboración y el tamaño de porción servida.
Aunque ha quedado demostrado que estas dos bebidas poseen una gran cantidad de beneficios, también tienen contraindicaciones y efectos perjudiciales como amarillecer los dientes, disminuir la absorción de hierro y calcio en embarazadas o en exceso y subir la presión arterial en hipertensos debido a la vasoconstricción.
¿Cuál es entonces la mejor bebida que debemos tomar por la mañana para tener energía? Según Daniela Rodríguez la mejor alternativa es el café. “ Para despertar y empezar bien el día me quedaría con un café de grano, lo más puro posible, porque la cafeína en sí, agiliza el Sistema nervioso, te mantiene activo, disminuye la fatiga. El té tiene efectos muy disminuidos. Pero si de todas formas se prefiere el gusto de esta infusión, recomendaría el té negro porque tiene mayor cantidad de teína. El verde y el blanco poseen una baja concentración”, explica.
¿Y cuál es el desayuno ideal para mezclarlo con estas bebidas? “la idea es que nuestros desayunos tengan frutas, un lácteo y una porción de cereal como pan o galletas. Si queremos incluir un café o té para darle más energía a nuestro organismo, está bien; pero hay que tener cuidado al mezclar la leche con la bebida porque los efectos no serán tan evidentes”, afirma la nutricionista.
Sea cual sea nuestra elección, lo más aconsejable dicen los expertos es que no hay que excederse en la cantidad de tazas que tomamos durante el día y preferir endulzantes antes que azúcar para prevenir enfermedades. Si bien tanto el café como el té nos ayudan a despertar y estimular nuestro cerebro hay que consumirlo con prudencia.