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Estrés animal: reclamos sin palabras

¿Cómo podemos detectar los efectos del encierro en nuestros amigos y cómo podemos ayudarlos?

Por Emmanuel Vallejos.

Otro de los grupos afectados durante esta cuarentena son las mascotas, quienes absorben, desapercibidamente, el estrés que hay a su alrededor. Para muchos, se trata de una grata compañía, para otros, son miembros fundamentales de la familia.

Astrid Concha, médico veterinaria, postgrado en Medicina Interna de Pequeños Animales, también en Terapia Asistida por Animales, y doctora en Comportamiento y Bienestar Animal, explica los efectos que tiene en el comportamiento y en la psicología de los animales, este proceso sanitario.

Pero antes, asegura, debemos tener en consideración diferentes factores, tal como la especie y la raza. Pero por sobre todo, “va a depender un poco de la rutina y del contacto social al que el animal esté acostumbrado a vivir”, dice.

Y continúa: “aquellos animales que habitan en el interior de casa, donde ahora la gente está constantemente, ven afectadas sus rutinas en el sentido de que hay un aumento en la interacción social, lo cual puede sobreexcitar al animal porque es algo a lo que no está acostumbrado. Puede que, a largo plazo, genere un hiper-apego con el dueño por este cambio de rutina, o sea, que se acostumbre a que el dueño esté constantemente en casa y que, por ende, haya mayor interacción. O puede que se estrese un poco si es un animal que está acostumbrado a estar tranquilo o aislado socialmente durante todo el día y si, de repente, toda la familia esté en casa días o semanas, evidentemente se puede generar un grado de ansiedad en ese animal”.

En cuanto a los perros, la doctora hace la distinción en que para muchos puede ser  beneficiosa la presencia de los humanos en casa, debido a que eso significa más juegos, cariños o interacciones, incluso, puede permitirles explorar lugares de la casa a los que regularmente no tienen acceso. 

“El problema está en que nosotros, los humanos, estamos mucho más estresados con el virus y también con el hecho de que no estamos acostumbrados a cambiar nuestra rutina, como dejar de trabajar y de estudiar para estar en casa constantemente todo el grupo familiar durante el día. Entonces, todo ese estrés los animales también lo perciben”, comenta Astrid.

En los perros, según ella, ocurre algo especial en cuanto a las emociones pues, diversos estudios aseguran que los canes utilizan distintos mecanismos que les permiten percibir cómo se sienten los humanos que viven a su alrededor.

“Los perros pueden leer las emociones en los seres humanos, y por ende, todo nuestro estrés, el que se transmite no solo en nuestra expresión facial y nuestra expresión corporal, sino también, en los cambios de nuestro tono de voz”, dice.

Los gatos, por otra parte, que en apariencia suelen ser menos sociables o más ariscos que los perros, demuestran de forma distinta el estrés que les provoca nuestra presencia en casa, según la doctora:

“Con los gatos es un poco diferente la situación. Si bien algunos son más sociables que otros, ellos son principalmente territoriales, entonces les afecta que las personas estén mayoritariamente en el hogar en cuanto a la invasión de su territorio. Los gatos dividen el hogar en distintas habitaciones como nosotros. Tienen un lugar para realizar sus actividades biológicas, un sector donde tienen su comida, un sector donde juegan, un sector donde cazan, etcétera. Obviamente, también tienen un lugar donde deciden descansar, e igualmente que el perro, hay de respetarlo y no molestarlo”, dice.

Ahora, para quienes no saben qué característica se pueden observar en un gato estresado, la experta nos revela algunas actitudes que podrían presentar durante el encierro.

“Podemos ver que se perturba o que comienza a usar más marcaje con las garras porque ya no puede usar tanto los postes, entonces puede usar muebles y murallas. Puede que empiece con eliminación inapropiada y que haya marcaje en otros lugares si no se le respeta su espacio”, comenta la veterinaria.

Por otro lado, “para aquellos animales considerados exóticos, como iguanas, aves o roedores -que por lo general habitan en espacios controlados- el panorama no va a cambiar mucho si la familia está recluida o no en casa. O a lo mejor van a recibir más atención, más caricias, van a salir más de sus jaulas, lo que va a aumentar sus interacciones sociales. Por supuesto, hay que tener presente que también tienen que descansar, que tienen sus horarios y que la interacción no puede ser tan invasiva porque el animal tiene que adaptarse a estos cambios”, explica.

A continuación, Astrid nos entrega algunas claves que nos permitirán detectar si nuestra mascota está siendo afectada negativamente por el encierro:

“Puede haber animales que aumenten su nivel de ansiedad, puede haber animales que estén más agresivos, que quieran aislarse o proteger su espacio. Y las interacciones pueden ser un poco más violentas si la gente está alterada porque el animal puede tener miedo”, advierte.

Si deseas ayudar a tu mascota porque la ves más ansiosa, “uno de los consejos es buscar un curso de entrenamiento en línea o buscar algo en lo que puedas mantener una interacción con ella, dentro de lo normal. También darle espacios de soledad, si se aísla en algún sofá o donde le permitas tener acceso, eso hay que respetarlo”, recomienda.

Para evitar o reducir el estrés en los animales y en nosotros mismos, otra clave es mantener una relación saludable entre los distintos actores de la casa. Para esto, es importante que las costumbres que se han consolidado en la situación normal, no sean ignoradas, ni menos castigadas.

“Uno tiene que mantener las interacciones con los animales lo más claras posibles. Es decir, si le has permitido siempre subirse al sofá, a la cama, a la mesa, según lo estimes, no conviene ahora, porque estás más tiempo en la casa o porque estás más nervioso o estresado por la situación que está aconteciendo, cambiar esa interacción”, comenta Astrid.

Finalmente, el cambiar y no omitir una actividad al aire libre por otra que les podamos permitir a nuestras mascotas, siempre será mejor. Especialmente para los perros, que pueden verse más afectados por la falta de espacio según sus rutinas.

“Debemos reemplazar las actividades al interior de las casas con ellos. Obviamente, no vas a poder correr con ellos por toda la casa, pero sí puedes hacer juegos mentales, entrenarle, y practicar juegos de forma interactiva. Que el animal tenga que pensar más, y que por tanto, esto lo lleve a estar más cansado. En estos casos, se puede reemplazar el tema físico por uno más mental”, aconseja.

Ahora, para los perros más inquietos o que están acostumbrados al ejercicio diario que no están teniendo, la veterinaria nos recomienda, por ejemplo, esconderles la comida y que la puedan buscar usando solo su nariz. No es necesario que sea en lugares demasiado complejos, sino más bien, que se encuentre a simple vista. 

“Aquellas conductas que han sido reforzadas por largos periodos de tiempo, si dejas de reforzarlas, se pierden. Para eso, debes aumentar la conducta el doble antes de que se vaya a extinguir, antes de que el animal deje de hacerla. Si el animal está acostumbrado a pasear, podemos hacer un posicionamiento ambiental, poner comida en juguetes o escondites, etc.”; dice.

En resumidas cuentas, algo que siempre deberíamos tener presente es que, en general, a los animales la rutina les afecta. “Al igual que nosotros los humanos, mantener una rutina les ayuda a manejar el estrés. Si bien no podemos manejar lo que está ocurriendo en el exterior, que tengamos un control sobre nuestra rutina nos da un poco más de seguridad y pasa lo mismo con los animales. Puedes mantener una rutina con tu mascota, darle la comida a la hora que corresponde y hacer un poco de actividad si es posible”, concluye Astrid.

Por último, si logramos armar rutinas que les entreguen los requerimientos a nuestros compañeros, sin duda, ellos van a estar mejor y, por tanto, todos tendremos una mejor convivencia.



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